El refugio acoge actualmente a unos 80 perros, lo que supera la capacidad de atención que pueden asumir exclusivamente los voluntarios. Esta situación impide ofrecer un cuidado diario adecuado, genera sobrecarga y pone en riesgo el bienestar físico y emocional de los animales. El proyecto busca garantizar una atención continua, profesional y digna mediante la contratación de personal cualificado que cubra las necesidades básicas y sanitarias.
Nuestro refugio acoge actualmente a unos 80 perros abandonados en condiciones de saturación y con recursos limitados. A pesar del compromiso incondicional de nuestro equipo de voluntarios, la falta de personal remunerado impide ofrecer una atención adecuada y constante a todos los animales.
El proyecto “Un Refugio Digno” tiene como objetivo contratar a una persona dedicada al cuidado diario de los perros (alimentación, limpieza, administración de medicación, asistencia veterinaria básica y bienestar emocional). Esta incorporación permitirá aliviar la carga de trabajo del voluntariado y garantizar que cada animal reciba atención continua, segura y respetuosa.
Con esta acción buscamos un impacto directo en la salud, comportamiento y adoptabilidad de los perros, elevando su calidad de vida y reforzando nuestra capacidad de intervención en casos de urgencia.
Además, esta medida permitirá mejorar la higiene y organización del espacio, facilitando la convivencia entre animales y reduciendo el riesgo de conflictos o enfermedades. Al contar con una persona responsable, también podremos detectar antes posibles problemas de salud, hacer un seguimiento más eficaz de los tratamientos veterinarios y promover un entorno más tranquilo y seguro, tanto para los perros como para quienes los cuidan.
“Un Refugio Digno” no solo responde a una necesidad urgente, sino que se alinea con nuestra filosofía de respeto, compromiso y dignidad hacia todos los animales. Apostamos por un modelo de gestión más sostenible y humano, que refuerce nuestra labor como entidad protectora y permita avanzar en nuestra misión de proteger, recuperar y reubicar a los animales que más lo necesitan.
Mejora del bienestar físico y emocional de los perros, reducción del estrés y enfermedades, mayor seguimiento veterinario, aumento de adopciones, mejora en la higiene del refugio, profesionalización del cuidado diario y alivio de la carga de trabajo voluntaria, permitiendo una gestión más eficaz y sostenible del refugio a medio plazo.